con la web a cuestas

Después de unos días de indecisión e incertidumbre, por fin he decidido que mañana me bajo a la playa, a Zahora concretamente. Y para no desatender mis obligaciones laborales, he decidido me llevo mi Asus y trabajo un poquito desde la playa.

También he comprado una conexión usb internet prepago de Vodafone. Nunca he utilizado un cacharro de éstos, no sé muy bien qué tal funcionará, espero que bien y que pueda seguir con las actualizaciones diarias de Facebook y Twitter tanto de Areia como de Olé Lola sin ningún problema.

Hasta hace un año esto me hubiera parecido la hecatombe: bajarme trabajo a la playa. Pero también es verdad que antes contaba los días y las horas que quedaban para irme a Cádiz a descansar y ahora en cambio no emprendo el viaje con esa necesidad desaforada de romper con la rutina, con el día a día, con la actividad laboral. No sé hasta qué punto será bueno mezclar playa con curro, pero intuyo que así va a ser a partir de ahora muchas veces, sobre todo si los derroteros profesionales me siguen conduciendo por la senda del trabajo free-lance, como ahora mismo parece.

Lo que sí limitaré estos días de semi-asueto será la  lectura compulsiva de blogs, las actualizaciones personales de redes sociales, y probablemente la actividad bloguera. A ver si lo consigo. Me dedicaré a la lectura (offline), a correr hasta el faro de Trafalgar por las mañanas, a comer rico, a jugar al parchís, a conversar con los amigos… en definitiva, a ser feliz.

trafalgar

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