Dignificando las Relaciones Públicas

A veces se dan este tipo de casualidades. Estás pensando en escribir un post sobre un tema en conncreto, cuando de repente en tu Google Reader o vía Twitter (tal es el caso) te topas con un post similar o que tiene que ver con el tema del que pensabas escribir.

Anoche terminé el documento de presentación de la estrategia de comunicación 2.0 para Grupo Moby (documento que una vez presentado subiré a SlideShare por si a alguien le puede servir).

Precisamente en este documento recojo una reflexión que ha ido planeando sobre mi cabeza a medida que lo iba preparando, y es la gran similitud que tiene la labor de Social Media Manager (o Community Manager) con la de Relaciones Públicas, en el sentido amplio y «profesional» del mismo.

Obviamente han cambiado los entornos, las tecnologías, las herramientas, los patrones de comunicación, pero en el fondo, los objetivos que persiguen ambas labores son muy similares: establecer un clima de confianza entre la empresa y sus diferentes públicos mediante la implementación y gestión de canales de comunicación bidireccionales, que contribuyan a facilitar los objetivos empresariales y generen buena reputación.

Visto así, cuando se trate de explicar qué es lo que haces a alguien profano en la materia, decir que eres una especie de Relaciones Públicas online va a ser una buena solución (si no quieres liarte ni meterte en camisa de once varas explicando qué es la web 2.0, la web social, etc.).

Algunas de las funciones más relevantes que recojo como propias del Social Media Manager en el documento que presento mañana son las de dinamizar, detectar oportunidades de negocio, generar conocimiento, dialogar, escuchar, observar… funciones todas ellas que bajo mi punto de vista también son propias del Relaciones Públicas de toda la vida.

En estas reflexiones andaba yo cuando esta mañana me he topado precisamente con un nuevo post en el blog de Roberto Carreras titulado precisamente Los Social Media, una obligación para las Relaciones Públicas. En él, Roberto repasa los cometidos que tradionalmente han tenido los profesionales de las Relaciones Pública (tan injustamente confundidos con meros repartidores de flyers) y cómo hoy en día éstos tienen que valerse de los Social Media para llevar a cabo su trabajo. Pero no porque haya cambiado su cometido, sino porque la aparición de nuevas herramientas, y por ende, de nuevas formas de comunicarse e interrelacionarse, obligan a ello.

Por ese motivo, coincido 100% con él cuando dice que no vale con abrir una página en Facebook y un perfil de Twitter de nuestra empresa o cliente. Se necesita todo el background, experiencia y sentido común que da la profesión para utilizar las nuevas herramientas de la web 2.0 de una manera adecuada y pertinente. Y aún así, mucho de lo que hacemos es ensayo-error.

Todo esto me lleva a una inquietud, creo que compartida de una manera velada por Rafael P. Campoamor en un post del pasado 17 de agosto. Y es que si ya antes de la irrupción de la web 2.0, había mucho intrusismo y falta de profesionalidad en el sector de la comunicación empresarial, con lo fácil que es abrir una cuenta en Twitter o un blog corporativo, cada vez más gente sin experiencia ni formación en comunicación se creerá capacitada para desarrollar labores de Relaciones Públicas de una manera profesional.

Toca, por tanto, seguir rereivindicando y reputando la profesión, que no todos somos cantamañanas ni cancamuseros.

2 Respuestas a “Dignificando las Relaciones Públicas

  1. Hola Hugo;

    Muy bien recogido el pensamiento y definida las relaciones públicas.

    Esperamos tu slide.

    Un saludito.

    http://strategiasdecomunicacion.blogspot.com/2009/09/relaciones-publicas-vamos-bucear-en.html

  2. Me ha gustado mucho tu post, leí primero el de Roberto, y ya estoy enganchada a su blog y al tuyo! es muy cierto que la figura del Relaciones Públicas ha sido básicamente un mero repartidor de panfletos, de nosotros depende (de los verdaderos profesionales de la comunicación) que esto cambie y que se abran nuevos campos para, por ejemplo, los periodistas, que no atravesamos por nuestro mejor momento.

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